Culebra de collar ( Natrix natrix ), en Mallabia

La culebra de collar o culebra de agua ( Natrix natrix ), esta ampliamente distribuida por toda Bizkaia, donde se encuentra desde el nivel del mar hasta los 800 metros de altitud. Distribuida por gran parte de los humedales y orillas de arroyos y manantiales de Bizkaia, la semiacuática culebra de collar es uno de los ofidios más grandes, pues la hembras viajes acostumbrar a abandonar el agua para llevar una vida solitaria, llegando a alcanzar los 2 metros de longitud a base de alimentarse casi en exclusiva de grandes sapos.

Y seguramente, una hembra vieja es la que anda por casa, pues hemos encontrado una piel de 1,5 metros entre las piedras de las escaleras, también he visto parte de su cuerpo escondido entre las mismas escaleras, pero era completamente negra por lo que me confundió al principio, ( luego he leído que los adultos pueden ser casi completamente negros ). En casa también se ven sapos, por lo que parece que tiene comida y refugio asegurado.
Los que se dejan ver mejor son los jóvenes; el día 19-10-2008 apareció esta pequeña culebra de unos 10 cm de longitud, en las mismas escaleras.

Culebra de collar  ( Natrix natrix )

Culebra de collar  ( Natrix natrix )

La culebra de collar debe su nombre a que los jóvenes y frecuentemente los subadultos, presentan entre el cuello y la base de la nuca dos vistosas manchas claras transversales  - una por cada parte - y otras dos motas semilunares oscuras por detrás, a los lados del cuello. Su cabeza, bien definida y bastante grande, tiene un hocico ancho y redondeado. Sus ojos, muy desarrollados pero poco salientes, tienen una pupila redondeada y el iris negro o pardo rojizo. El cuello es delgado y la cola bastante corta.

Su coloración es muy variable, generalmente el cuerpo es gris oliva, pardo verdoso o incluso gris verdoso, con diversas manchas oscuras o líneas negras dispersas por todo él. estas varían enormemente según el lugar donde habite.

Recordar que es una animal completamente inofensivo para el hombre, que huye de inmediato cuando advierte nuestra presencia, y decir que es un animal realmente precioso cuando se le ve de cerca y del que espero disfrutar mucho tiempo cerca de casa. El año que viene cuando despierte de su letargo entre finales de marzo y principios de abril, buscaré a esa hembra de casi dos metros que se mueve por las escaleras, pero no se deja ver, quien sabe quizás un día me esperé en mitad de las escaleras cuando baje para entrar en casa.