Los primeros minutos han sido difíciles, pero luego le coges el ritmo y sabes que el final recompensa todos los esfuerzos. El Parque Natural de Urkiola tiene una buena colonia de buitre leonado y esta es una buena época para verlos. No se han hecho de rogar y desde el camino se les veía volar en grupo.
Tras los buitres han aparecido los chovas piquirrojas, alegrando con sus reclamos el silencio de la montaña. Se alimentaban entre la hierba y se movían entre los agujeros de las paredes.
Las chovas piquigualdas son menos numerosas que las piquirrojas, pero siempre se dejan ver.
Mientras me entretenía con las chovas un grito en el aire me hizo levantar la cabeza, el halcón peregrino reclamaba mientras giraba en el aire mostrando todo su plumaje; las patas muy bajas al volar delataban alguna presa capturada hace poco.
Cambié de posición para ver bien la pared, y descubrir que algunos buitres ya están en los nidos, otros vuelan en parejas, otros acarrean material a los nidos.... cada uno a su ritmo.
Las lagartijas también se mueven, no sé si en amoríos, o en luchas territoriales
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