Esta año he conseguido ver tritón jaspeado, lo he buscado en zonas de Mallabia, pero me he tenido que mover un poco para encontrarlo.
Ha sido increíble, ya que hemos encontrado un mínimo de 15 tritones jaspeados y varios tritones palmeados, en una pequeña poza.
Tritón jaspeado ( Triturus marmoratus )
En la época de cría, sus colores se tornan más vivos y al macho adquiere una cresta dorsal con listas verticales blancas, negras y naranjas. Un gran momento para disfrutar de esta especie.
Una agradable sorpresa la que me llevé el día 9, en unos de mis habituales paseos por el monte Oiz. Esta vez no subí a la cima, y me quedé a media ladera, en una zona de matorral. Buscando las currucas rabilargas que localicé el año paso, un canto muy conocido llamó mi atención. Era una buscarla pintoja, lejos de la costa y a unos 750 metros de altitud.
Buscarla pintoja ( Locustella naevia )
La zona era muy complicada, ya que no había ningún camino, por lo que me costó rato encontrarla. Al final conseguí verla muy bien.
Ahora tendré que subir para comprobar si cría en la zona, o simplemente estaba de paso.
Otra excusa para subir al monte.
Otro buen día en la mar. El sábado día 8, volvimos a salir desde Ondarroa, con el " Katxarrote " , con Jose como patrón y Xabi de acompañante.
Como era previsible, pocas aves nos acompañaron, dos alcas, alcatraces, casi todos adultos, un charrán patinegro, gaviotas patiamarillas, sombrías y grupos de pajarillos.
Alca común ( Alca torda )
Junto a unas ramas a la deriva, encontramos un grupo de peces ballesta, que enseguida se acercaron a nuestra embarcación en búsqueda de refugio.
Los peces ballestas son habitantes de aguas cálidas, que cada día se ven más en nuestra costa, otro dato que apunta al calentamiento global del planeta.
Pez ballesta.
Cuando ya emprendíamos el regreso, Jose vio un salto, cambio de dirección y la adrenalina empezó a funcionar. Enseguida vimos movimiento, eran delfines, muchos delfines y estaban saltando. Era lo que estábamos buscando.
Eran delfines mulares, un grupo de unos 50 , que venían a nuestro encuentro. Estamos esperándolos y entonces comenzó el espectáculo. Delante de la embarcación saltaban, giraban y daban panzadas, una tras otra, sin parar. Nunca había visto algo igual. Tiramos fotos, pero el vídeo con el móvil, es lo que mejor muestra la realidad.
Saltaban tan cerca, que Xabi y yo acabamos calados con sus salpicaduras. Momentos mágicos que nunca se olvidaran. La mar nos a vuelto a demostrar, que nunca sabes con lo te puedes encontrar en ella. Lo único que tengo claro, es que hay que salir a buscar sorpresas.
Entre las innumerables plantaciones de coníferas que se pueden ver en Mallabia, todavía quedan algunos tesoros, que como islas, deben de ser conservados. Generalmente son pequeños arroyos que bajan de los montes con fuertes pendientes. Después de las lluvias, con mayor caudal de agua, su belleza aumenta, llegando a parecer verdaderas selvas.
Y son en estos lugares, donde la mano del hombre llega muy pocas veces, donde podemos encontrar seres casi mágicos, como las salamandras y otros anfibios. Seres nocturnos, que se mueven despacio y en noches húmedas, y cruzan carreteras, y muchas acaban aplastadas para siempre en el asfalto. Algo que se podría evitar, con un poco de precaución al volante.
Salamandra común ( Salamandra salamandra )
Así encontré esta salamandra, cruzando la carretera en un día lluvioso, y he querido fotografiarla, para mostrársela a los habitantes de los caserios, que utilizan todos los días esa carretera. Con la esperanza de que otro día lluvioso, se fijen un poco en la carretera y puedan evitar la muerte inútil de estos animales tan bellos y elegantes.